Sunday, April 13, 2014

La libertad y el libertinaje sexual


¿Existe un límite para ejercer la libertad? De ser así, ¿dónde está ese límite? La respuesta clásica es que la libertad de uno termina donde comienza la libertad de otro. Sin embargo, ese lugar en donde comienza la libertad del "otro" es bastante esquivo, de ahí que sea tan difícil acordar los límites de la libertad.

En Ecuador, hay un debate intenso acerca de la sanción que la Superintendencia de Comunicación impuso sobre el Diario Extra, por la publicación de una fotografía en su portada que provocó la protesta de la asambleísta Soledad Buendía. El debate gira en torno a si la sanción de la Superintendencia de Comunicación atenta contra la libertad de expresión o si ejerció, legítima y acertadamente, su autoridad de entidad estatal reguladora de contenidos en los medios de comunicación, en defensa de las mujeres que, según su argumento, estarían recibiendo un trato sexista, discriminatorio y estereotipado a través de esta publicación.

Desde un punto de vista legal, hay muy poco que reprochar a la Superintendencia de Comunicación, siendo ésta una entidad estatal legalmente constituida para ejercer la tarea de vigilar el cumplimiento de la Ley de Comunicación. Fue una representante de la ciudadanía quien inició el proceso de reclamo y lo hizo ante el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Comunicación, que luego de analizar el caso emitió un informe favorable para la sanción correspondiente. Reducir el debate al plano legal es inútil y le resta importancia a un tema que ganaría mucha más relevancia si se lo abordara desde una perspectiva socio-cultural y comunicacional.  

Algunas personas han concentrado su crítica en las atribuciones que la Ley de Comunicación le otorga al Consejo de Regulación de la Comunicación y a la Superintendencia de Comunicación. El artículo de Daniela Salazar, publicado en el Diario Hoy, por ejemplo, admite que la publicación del Diario Extra "contribuye a la subordinación sexual, económica y social de las mujeres, lo que se agrava si su pie de foto las deshumaniza al punto de asimilarlas a un animal"; sin embargo, cuestiona lo que ella llama una "lectura subjetiva" que las dos entidades estatales antes mencionadas, habrían hecho de lo que constituye, o no, una discriminación. Según ella, la sanción impuesta al Diario Extra no contribuye a eliminar la discriminación contra las mujeres y distrae la atención sobre las verdaderas causas de la desigualdad que estarían más ligadas al concepto de libertad. Para ella, la sanción de la Superintendencia de Comunicación estaría atentando contra la libertad de las mujeres de utilizar su cuerpo como les parezca y, por ende, entiendo que la libertad de los hombres de considerar a las mujeres como les plazca.

La lectura de los miembros del Consejo de Regulación de la Comunicación fue subjetiva, sin lugar a dudas. No podría ser de otra manera. Así como subjetiva es la postura de quienes critican las atribuciones del Consejo y la sanción de la Superintendencia. La discriminación de la mujer y los estereotipos sexuales que existen alrededor de ella nacen, crecen y se reproducen en la subjetividad de las personas. Es esa subjetividad la que impide definir una postura cuadrada y tajante frente a la desnudez humana y la expresión sexual. La sexualidad es, ante todo, una expresión de la subjetividad. ¿Quiere esto decir que no es posible establecer parámetros de lo que estamos dispuestos a aceptar, como sociedad?

El Superintendente de Comunicación, Carlos Ochoa, preguntó a las personas que critican la sanción impuesta a Diario Extra si "permitirían que sus hijas o esposas posaran de esa manera en un diario", demostrando así que, en efecto, las motivaciones que él tuvo para sancionar al medio de comunicación no nacen de un intento por buscar la equidad de género. Al contrario, con sus palabras dejó claro que su comprensión del tema se reduce al plano de lo moralmente aceptable, lo cual es perfectamente comprensible en una sociedad conservadora como la ecuatoriana. Lo que a él le molesta es lo que muchos llaman el libertinaje, entendido como el uso desmedido de la libertad. 

Con estas palabras, Ochoa le da toda la razón a Daniela Salazar, pues si vamos a empezar a sancionar los excesos de libertad sexual femenina, corremos el riesgo de convertirnos en una sociedad cada vez más hipócrita, más mojigata, en la que la sexualidad seguirá siendo un motivo de vergüenza y las mujeres seguirán siendo quienes paguen el precio más alto; pues cuando existe una sanción pública a la expresión sexual se legitima la sanción privada y con sanción privada me refiero a la violencia de género que deriva en el feminicidio. 

El problema de fondo en la publicación de la sección "Lunes Sexy" del Diario Extra no es el exceso de libertad sexual ni el libertinaje sexual, si tal cosa existe. El problema es que la cosificación del cuerpo femenino y la degradación de la mujer son nociones profundamente arraigadas en la sociedad ecuatoriana. La publicación de la foto de la modelo Claudia Hurtado en tanga con el texto: "Empieza bien parado la semana con tu lunes sexy picante ¡Tremenda "potra" carajo!" promueve y fortalece estas nociones que sí son discriminatorias contra la mujer, independientemente de la intención o la sensación de la modelo.

No obstante, existen discriminaciones mucho más perjudiciales y representaciones femeninas mucho más estereotipantes que pasan desapercibidas o no adquieren tanta relevancia mediática ni generan tanto interés por parte de las autoridades del Estado. Es triste pensar que, en Ecuador, las mujeres violadas siguen teniendo que acudir a salas clandestinas para abortar, poniendo en riesgo su vida. Esto también tiene un fundamento en nuestra moral católica y conservadora. Es triste también que las Asambleístas de Alianza País que expresan su postura a favor de la despenalización del aborto por violación sean tachadas de traidoras por el Presidente. 

Hay mucho camino por recorrer en la lucha por la equidad de género en Ecuador. Creo que este gobierno ha sido ejemplar en muchos aspectos en cuanto a la implementación de políticas de equidad de género. Creo que la sanción a Diario Extra fue acertada y necesaria. Nos permitió plantear un debate social que estaba pendiente desde hace mucho tiempo. Sin embargo, es importante que el gobierno empiece por dar el ejemplo y deje de actuar con dedicatoria. Medios de comunicación controlados por el gobierno difunden programación tan o más discriminatoria contra las mujeres y contra la comunidad LGBTI. El mismo Presidente de la República se ha pronunciado en contra del matrimonio igualitario y ha emitido comentarios discriminatorios contra las mujeres como cuando dijo: “yo no sé si la equidad de género mejora la democracia lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra impresionantemente (…)”

No pierdo la esperanza en que, algún día, la identidad de género sea tratada como lo que es, una expresión de los gustos y preferencias sexuales particulares de cada persona. Quisiera que, algún día, mi hija pueda pasearse por Ecuador y vestirse como se le de la gana sin que sea juzgada, maltratada o estereotipada. Esperaría que el "cambio de época" no sea tan sólo un eslogan publicitario sino una característica intrínseca de este gobierno. No sería la primera ni será la última vez en que, quizás, espere demasiado.

El Jardín de las Delicias. Hieronymus Bosch